Diego Rivera
Análisis Bibliográfico
Nació el 8 de diciembre de 1886
fue un destacado muralista mexicano de ideología comunista, famoso por plasmar
obras muy importantes en edificios públicos, pintando su primer mural en el
anfiteatro Simón Bolivar de la escuela Preparatoria Nacional; 1933 John D.
Rockefeller Jr. contrata a Rivera para pintar un mural en el vestíbulo de
entrada o "lobby que se habría de denominar como Rockefeller Center, el diseñó para esta
ocasión, el mural denominado El hombre en el cruce de caminos o El
hombre controlador del universo. Otra obra importante fue Sueño de una
tarde dominical en la Alameda Central .Se interesó por el arte
de vanguardia y abandonó el academicismo.
Las obras de este período
reflejan, por un lado, un interés por el cubismo sintético, asumido en su etapa
parisina, y por otro, una gran admiración por los fresquistas del Quattrocento,
lo que motivó su alejamiento de la estética cubista anterior.
Empezó a estudiar en profundidad el arte maya y
azteca, para pintar en su país, abandonó las corrientes artísticas del momento
para crear un estilo nacional que reflejara la historia del pueblo mexicano,
desde la época precolombina hasta la Revolución, con escenas de un realismo
vigoroso y popular, y de colores vivos.
Dibujo 20 acuarelas para ilustrar
el Popol Vhu o libro del consejo Maya-K`iche que fueron publicadas en la casa
Chauô – Kòrom-Sha de Japón también en el Museo de Arte Moderno, en el 2009 se
presentaron en México y este año (2012) se están presntando en Ecuador en el
Centro Cultural Metropolitano del Municipio Metropolitano de Quito.
Diego Rivera Falleció el 24 de
noviembre de 1957.
Análisis contextual
Había acabado la revolución armada
en México quedando un pueblo lastimado y con optimismo de construir una mejor
patria, debido a esto se reivindico el tema indígena con una profunda carga de
identidad. Las artes plásticas definieron nuevos caminos, debido al arte es
como surge el muralismo, arte q enlazó al pueblo, sus luchas, ideales, historia;
es así como se retrato el rostro de la historia mexicana. El talento de Diego Rivera
y su formación temprana en plástica junto a las tendencias europeas lo hicieron
gran artista y comprometido con sus pensamientos e ideales, de esta manera el
tema indígena exalta en composiciones de extraordinaria belleza convirtiéndolo en
un legítimo orgullo. Con estas acuarelas trata de ilustrar el origen del mundo
de los hombres, estas laminas proponen las reminiscencias de los códices tanto prehispánicos
como pos hispánicos, estas pinturas representan las reproducciones de las llega
de los españoles y la manera indígena de interpretar la figura humana o animal
a partir de arte occidental q trajeron los conquistadores. Este libro llega a
la época colonial, superada la primera mitad del siglo XVI. Como se puede ver
en ese tiempo hubieron muchos cambios por lo que su economía no era estable y
se comenzó a distinguir las clases sociales.
Análisis compositivo
Estas obras tienen en formato
rectangular horizontal, con un esquema el L pero también simétrico ya que todo
tiene su espacio y proporción ubicado en el lugar correspondiente, tienen una composición
dinámica porque sus elementos se encuentran en todo el espacio y distribuidos
de forma que no se ven lugares vacíos, con forma irregular debido a que la
vista se no centra en un solo lugar y tiene peso en toda la imagen, un tamaño
normal es decir sin exageración en la grande y lo pequeño, la mayoría de los
colores son cálidos como el rojo, el naranja, el amarillo y los derivados de
estos, se compone de una posición inferior, lateral derecha por lo que las imágenes
más grandes o más pesadas se encuentran en esta posición, está regido por la ley
de la balanza, tiene un ritmo modular y con una simetría axial.
Análisis Icónico o
Simbológico
El Cielo y la Tierra.
Que se puede
traducir en lo permanente y lo transitorio, la eternidad con la temporalidad,
la vida y la muerte,
lo superior y lo inferior, lo alto y lo bajo, la felicidad y el sufrimiento. En
fin, el simbolismo atemporal y absoluto con el simbolismo temporal y espacial.
Para muchos
investigadores mitológicos, la Ciudad Celeste y la Ciudad Terrestre, que en el fondo
simboliza la espiritualidad y lo terrenal, lo interno y lo externo, Lo
Esotérico y lo exotérico, en la concepción teosófica integral, la realidad inmanifestada
y la realidad manifestada, la luz y
la oscuridad, el celeste imperio y el terrestre imperio para el pensamiento
chino. La individualidad divina y la personalidad humana,
la divinidad y la humanidad, la fraternidad divina y la fraternidad humana,
ésta última que representa a la totalidad de la especie humana, cuyo principio
se halla en el "Primer Padre" y cuyo fin está en lo Absoluto, más
allá de todos estos símbolos y mitos de
origen humano.
Genealogía Divina y
Humana.
El ser humano tiene
un gen divino. Tiene un elemento del cromosoma de la "Cèlula" de la
Divinidad que condiciona la transmisión de los caracteres hereditarios de los
Principios Superiores a la estructura de la entidad humana.
Esta reproducción divina
en lo humano se puede abordar en dos vías: desde una visión de su origen divino
cuando aparece, nace y crece en el mundo de la realidad terrestre espacial y
temporal, llámese en esta Ciudad Terrestre; y, en la visión que la residencia y
origen humano tiene en los "habitantes" o principios de la
celestialidad y lo Absoluto, como los ancestros mediatos e inmediatos de la
raza humana.
Es precisamente en
esta visión genealógica en que la mayoría de los libros sagrados y mitológicos,
al igual que el Popol Vuh se fundamenta su Génesis. Una Génesis de la Naturaleza,
del Universo y
la Humanidad detallada de forma explicativa-narrativa y genealógica. Presentan
los orígenes comunes de la Humanidad y todas las naciones. Lo mismo sucede en
el Popol Vuh y lo explica desde la contextualidad e historicidad de su
pensamiento socio-religioso.
La Civilización
Maya-Quichè desciende de los Dioses y sus líderes políticos, sociales y
religiosos son los más inmediatos de los ancestros de toda la comunidad social.
De ahí que, se requiere de un medio que mantenga vivo, actualizado y
vigorizante esa unión divina y humana.
Para González, los
nombres genealógicos tienen un sentido numérico, lingüístico, astronómico,
mágico, rítmico y cíclico En consecuencia, se convierten en modelos arquetípicos
de la Comunidad Maya- Quichè y se desarrollan para ello, sistemas rituales
"litúrgicos", mágicos-espirituales. Al igual, incluso, del
pensamiento cristiano occidental y las prácticas no cristianas orientales.
Plan de la
Divinidad.
Un Plan del
Cielo, del firmamento, de la luz y el día se presenta en el Popol Vuh, al igual
que en la Biblia, el Corán, y, el Avesta Zoroastriano. Este plan demanda ciertos
requerimientos rituales y conductuales, tanto a nivel individual y colectivo.
Un plan que exige la no alteración de las leyes de
la naturaleza. Que crea la necesidad de elevar el nivel de Conciencia del
pueblo de esa Civilización. Un reconocimiento de su origen divino, la
generación y multiplicación de las mejores y más altas acciones y actitudes éticas,
legales y morales para garantizar el destino de su regreso con sus ancestros en el Universo Celeste.
Los rituales,
conductas y conciencias persiguen imitar a los arquetipos yacentes en el Mundo
Celestial, de acuerdo a los lineamientos del Plan Divino que configura los
aspectos más auténticos de la Ciudad Perfecta, Absoluta y Unitaria. El Plan
Divino provee a la Civilización Humana y, en este caso a la Maya-Quichè una
armonía y un orden en todos los niveles de la existencia y un sentido perfecto
a la Vida Humana y los contenidos de esa existencialidad terrestre.
La ejecución del
Plan de la Divinidad y su seguimiento natural se concretiza en la raza humana,
la cual se convierte en el factor de unidad de lo divino con lo terrestre, y la
temporalidad y la eternidad. Esa es la razón fundamental de la misión humana,
del Dharma de la Civilización, en ese momento histórico precolombino – y del
momento actual – Esa genealogía que indica el origen general de la colectividad
y que el cacique líder en
la civilización Maya-Quichè, el Rey de las antiguas monarquías occidentales y
orientales, el antiguo Faraón Egipcio y el actual sucesor de Pedro en la tierra,
según el pensamiento cristiano occidental, representan de una manera simbólica
y sintetizada la conexión de los espacios y genealogías de la Divinidad y la
Humanidad.
La Ritualidad.
Como se ha explicado
ampliamente, los Ritos que la Civilización Maya-Quichè practicaba era una forma
de representar la vivencia, la actualidad y efectividad de los ancestros
celestiales con los contemporáneos terrestres. Constituían la inspiración y la
renovación del compromiso de la de la vida individual y colectiva del Pueblo.
La prorrogación de
la autoridad y
representatividad divina de los líderes actuales de ese momento histórico. Los
sistemas rituales eran – y lo siguen siendo - la oxigenación y fortalecimiento
del gen divino depositado en cada uno de los miembros de la Comunidad para
seguir con la misión y sentido de los pueblos y las personas que lo integraban.
El Popol Vuh
contiene prácticas que representan de manera oral según esos tiempos, las
instrucciones seguidas para ejecutar las ceremonias Mayas-Quichès que se
practicaban en distintos momentos, épocas y situaciones especiales.
Análisis personal o juicio de
valor
las obras son realmente interesantes
porque demuestran culturas como los mayas y los aztecas, además de la creación y la divinidad, manifiesta la
realidad de hace algún tiempo y nos permite analizar la forma de vida de estos indígenas
y los sufrimientos y necesidades que ellos pasaron, también se puede ver que la
gente de las imágenes era muy trabajadora porque siempre están atendiendo a
alguien más y esta gente que observamos es de clase baja como fueron los indígenas
en ese tiempo y que estaban a ordenes de los españoles quienes vinieron a
colonizarlos.
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